Cómo convertir el Miedo a la vida en Confianza en la vida
En esta ocasión, os invito a viajar conmigo a través de dos conceptos poderosos como son la Confianza y el Miedo y cómo determinan el modo en que elegimos vivir nuestra vida y experimentar nuestra existencia. El miedo a la vida nos genera sensaciones de ansiedad, estrés, inseguridad, cautividad…. En cambio, la confianza en la vida nos aporta armonía, paz y calma en nuestros corazones, además de la sensación de infinita libertad.
El miedo puede ser a alguna amenaza real o imaginaria, a lo desconocido, a la oscuridad, al sufrimiento, a la pérdida… (Te recomiendo leer el post Plántale cara al miedo – (vickymarmolcoaching.com) antes de continuar leyendo el aquí presente. Es muy cortito y complementa la información que aquí expongo).
La cuestión es: ¿Cómo hago para dejar de tener miedo y tener confianza en la vida?
El miedo es una emoción negativa (que no mala) que bien gestionada puede conducirnos a la supervivencia y al refuerzo del Ser, aumentando la confianza que depositamos en nosotros mismos y posicionándonos mejor en el mundo, desde una actitud valiente y empoderada para superar las vicisitudes de la vida. En cambio, mal gestionada puede bloquearnos, limitando nuestros pasos y, por ende, impidiéndonos fluir con los acontecimientos e incluso, en ocasiones, despojándonos de nuestro aliento (“siento como que me falta el aire”).
Por tanto, en torno al miedo existe una clara dualidad que ha acompañado a todo ser humano a lo largo de la historia: actuar para lograr vencerlo o bloquearse y permitir que se apodere de ti. De hecho, una misma persona puede deambular entre ambos extremos en distintos momentos de su vida. Tal y como yo lo siento, con esta emoción el punto intermedio (“semi-miedo”) es inexistente, ya que o tienes miedo (en menor o mayor magnitud), o no lo tienes.
En cambio, confiar en la vida equivale a dejarse llevar, sintiendo con rotunda certeza en tu interior que todo cuanto acontece tiene una razón de ser y un por qué y un para que´, por lo que visto así, podríamos decir que todo lo que sucede es perfecto, y por tanto no se trata ni de un error ni es fruto de la mala suerte, sino que por el contrario, representa una experiencia, un aprendizaje y/o impulso para nuestra evolución, para nuestro desarrollo personal y espiritual, es decir, para nuestro bien (aunque en ocasiones resulte muy difícil verlo).
Hay tres posibles formas de convertir el miedo a la vida en confianza en la vida, o al menos, para reducir el miedo en favor de la confianza:
- La primera de ellas es experimentando al máximo ese miedo, empápate de él, deja que te invada de manera consciente, para dejarle expresarse, relativizarlo y que pierda fuerza, intensidad.
Osho en su libro “Emociones” propone experimentar con el mundo de las emociones a través de la siguiente práctica: cada noche durante 40 minutos, siéntate en tu habitación con la luz apagada y empieza a tener miedo. Piensa en todo tipo de cosas horribles que se te ocurran y puedas imaginar. Penetra en ese miedo, lo más hondo que puedas e intenta aguantar ahí. Durante el día, o a cualquier otra hora, si surge el miedo, déjalo estar, acéptalo. No lo rechaces. Trátalo como algo natural que está pasando en ti.
Cuando expresas tus miedos y los aceptas, estos empiezan a desvanecerse y las cosas empiezan a cambiar
(Esta práctica de Osho en ningún caso excluye la asistencia de un profesional si así lo sientes).
- La segunda es empieza a confiar en ti, en tus cualidades y capacidades que, te aseguro, son mayores de las que te imaginas. Y para averiguar cuáles son y reencontrarte con ellas, empieza a mirar en tu interior. Es el único modo.
- La tercera es actúa. Una vez que empiezas a aceptar tus miedos, a confiar más en ti y en tus posibilidades, empieza a hacer las cosas de manera diferente. Conviértete en uno con la vida y aprovecha de cada situación negativa su lado positivo (una oportunidad, un aprendizaje…).
“A veces el cielo no es el límite, sino el camino para lograr tu destino”